Los bancos de sangre son fundamentales para la salud. Ayudan a salvar vidas de pacientes y garantizan que haya un suministro suficiente de sangre para transfusiones. Los bancos de sangre también se encargan de analizar muestras de sangre y almacenarlas hasta que las necesiten los hospitales u otros centros médicos.
Los bancos de sangre se encuentran en muchos lugares del mundo, como hospitales, consultas de dentistas e incluso tiendas. También son una parte importante de los planes de preparación ante catástrofes, ya que a menudo resulta difícil donar sangre en épocas de crisis, como terremotos y huracanes.
Los bancos de sangre existen desde principios del siglo XX, cuando se utilizaron por primera vez para almacenar la sangre donada hasta que los médicos pudieran utilizarla en el tratamiento de pacientes con lesiones o enfermedades que requerían transfusiones de sangre.
El primer banco de sangre fue creado en 1914 en la Universidad de Wisconsin-Madison por el Dr. Bernard Fantus, que quería encontrar una forma de conservar la sangre donada para que pudiera ser utilizada más tarde si la necesitaban pacientes que precisaban transfusiones durante una intervención quirúrgica u otros procedimientos.
En la actualidad, hay miles de bancos de sangre en todo el mundo que prestan servicios esenciales tanto a particulares como a organizaciones como departamentos de policía y cuerpos de bomberos.
¿Cuando Iniciaron los bancos de sangre en México?
Los bancos de sangre en México son un fenómeno relativamente reciente. Antes de la década de 1980, no había bancos de sangre en México. Las donaciones de sangre se realizaban en hospitales y clínicas individuales bajo su propia supervisión. Hoy en día, hay unos 100 bancos de sangre públicos en México, junto con unos 20 privados.
El Centro Nacional de Transfusión Sanguínea es el organismo gubernamental que supervisa a todos ellos. Se creó a principios de la década de 1990 para asegurarse de que los bancos de sangre seguían buenas prácticas y satisfacían las necesidades de transfusiones seguras de la población.
El instituto también trabaja con donantes y receptores para asegurarse de que todo el mundo conoce sus opciones a la hora de donar o recibir sangre.
La donación de sangre tiene sus raíces en la antigüedad, cuando la gente donaba su propia sangre en tiempos de guerra o enfermedad cuando no tenían dinero suficiente para pagar a los médicos por sus servicios.